Los emoticones cumplen 30 anos

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Scott Fahlman es profesor e investigador de la universidad Carnegie Mellon, de los Estados Unidos y fue uno de los creadores de los primeros emoticones.

Según relata Fahlman en su sitio, durante los años 80, cuando internet era aún una herramienta sobre todo usada por científicos, él y un grupo de colegas utilizaban carteleras online, similares a los foros actuales, para discutir sobre diferentes temas.

El rango de asuntos discutidos según el profesor era amplio, del mismo modo en que lo eran las respuestas sobre ellos. En muchos casos, los comentarios tenían “tonos” que no todos los lectores podían captar correctamente: Así, comentarios irónicos o en broma pasaban por opiniones serias y eran respondidos como si lo fueran.

Fahlman y sus colegas pensaron que quizás sería una buena idea agregar una especie de “símbolo” para dar cuenta de que el post no debía tomarse en serio.

Entre las propuestas que surgieron, la de Fahlman prosperó: El físico tuvo la idea de agregar la secuencia 🙂 para marcar que un comentario tenía la intención de chiste, en tanto que  🙁 fue la elegida para darle seriedad al post, aunque el significado de ese símbolo luego se amplió para expresar enojo o frustración.

El uso de estos dos “marcadores” conversaciones se extendió por el campus de Carnegie Mellon y se fueron agregando nuevos smilies, como :-O.

Hoy, los emoticones han recorrido un largo camino en el que fueron cambiando su apariencia, pasando por las clásicas caritas amarillas, características del Messenger de Microsoft, hasta llegar a ser los sofisticados con que emoji hoy se puede “decorar” los mensajes.

El profesor e investigador de Carnegie Mellon, sin embargo, opina que los posteriores “rediseños” del smiley destruyen el elemento “juguetón” de los originales.

Fahlman no guardó una copia del mensaje en que propone su exitosa idea, aunque pudo recuperarlo a comienzos de los años 2000.

El científico aclara en su sitio que le han llegado varios comentarios acerca de que este tipo de “código” ya se utilizaba antes de 1982 por operadores de teletipo y, si bien sostiene que no ha recibido ninguna evidencia dura de su existencia, no tiene motivos para dudar de esas versiones.

“Después de todo, es una idea simple y obvia y su invención por parte de diferentes personas no sería implausible”, reflexionó.