La impresión 3D crea sus primeros robots blandos

La impresión 3D crea sus primeros robots blandos

En el siglo pasado hubiera sido imposible imaginarse como la tecnología se iba a desarrollar de tal manera que llegaría a simular animales, humanos, insectos, todo tipo de material orgánico y seres vivos. Cuando se piensa en robots, todavía se tiene el concepto de materiales duros e inamovibles, sin embargo, en la última década se han desarrollado prototipos, e incluso robots, que ya figuran en la industria para limpieza, salud y uso del ejército.

Como era de esperarse, con la tecnología se desarrollo la impresión 3D, lo que ha permitido dar movimiento a objetos inanimados. Tal es el caso de un robot desarrollado por un equipo en la Universidad de Harvard, el cual creó un robot saltarín impreso en 3D con plásticos de distintas durezas. El robot, inspirado en los mecanismos de locomoción de las larvas de ciertos invertebrados, quema butano y oxígeno para impulsarse por medio de saltos. La investigación demuestra las posibilidades de la impresión 3D para solucionar problemas que hasta ahora frenaban el desarrollo de los robots con componentes plásticos.

Gracias a las nuevas impresoras -capaces de combinar distintos materiales-, los expertos en robótica dan un paso adelante en la evolución de los autómatas: llegan los robots de cuerpo blando. Así lo atestigua un artículo de la prestigiosa revista: Science. El estudio, liderado por el investigador de robótica blanca y microfluidos de Harvard, Nicholas W.Bartlett, se inspira en ciertos invertebrados y su manera neumática de su movimiento para desarrollar una máquina capaz de desplazarse por medio de saltos y que supone una mejora considerable sobre el diseño original, rígido.

El ingenio impulsado por gas butano, es capaz de sobrevivir a más de 100 saltos, frente a los escasos cinco que soportaba su predecesor rígido .Además es más barato, ligero, silencioso y por lo tanto, más funcional.

El robot está formado por un núcleo de plástico duro que protege los componentes clave —como la batería, el compresor o el procesador— envuelto por otro cuerpo blando que, a su vez, está formado por un resorte neumático semicircular, que asemeja un flotador. Por último, el robot incorpora tres piezas de silicona que hacen las veces de patas.

La impresión en 3D lleva años impulsando el desarrollo de este campo de la robótica: permite la construcción de piezas que, hasta ahora, necesitaban moldes específicos, y que tenían que ensamblarse aparte. Las impresoras más punteras pueden combinar distintos plásticos de una manera mucho más orgánica.

Es importante mencionar que la tecnología y la impresión 3D, no se dejaran de desarrolla y están en sus punto más alto. Probablemente esto sea el futuro de muchas prótesis y tecnología de ayuda al humano, pero también un riesgo que puede desarrollarse en tecnología militar.

 

 

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