Entre los desafíos para lograr una operación bien ejecutada, es de relevancia enfocar el trabajo y la energía en la fase de integración. El punto frecuentemente subestimado en esta etapa, es la integración de las estructuras de la Tecnología de la Información de las empresas.
Un proyecto de integración de TI engloba desde la concepción y la arquitectura de la mudanza hasta la conclusión de la convergencia de sistemas administrativos y operacionales. La experiencia en consultoría muestra que, recurrentemente, un mal planeamiento de TI está entre los factores que llevan al fracaso fusiones y adquisiciones. Las limitaciones tecnológicas pueden comprometer la ejecución de lo que fue planeado en el momento de cierre del negocio y así, frustrar los beneficios esperados.
El problema tiene origen en una cuestión cultural. Suena casi como natural que, apenas antes de la firma del contrato, los ejecutivos con cargos de CEO y CFO se involucran en la negociación. Se mide el impacto, sobretodo, de cuestiones financieras, sin que haya una validación precisa de cuánto tiempo y dinero tendrá que ser invertido para integrar las estructuras de tecnología de ambas empresas.
La participación de un profesional de TI a lo largo del proceso de fusión y adquisición reduce el riesgo de este “Error de Cálculo”. El análisis pre-deal realizado por el área de TI envuelve un estudio sobre las estructuras de tecnología de la empresa a ser adquirida y una estimación de costos y de plazos de integración con los sistemas usados en la empresa compradora. Luego de concretar la adquisición, el profesional de TI deberá participar del comité de integración, al lado de ejecutivos de las áreas administrativas y financieras de la compañía.
El desafío para la integración tecnológica engloba dos esferas: los sistemas de BackOffice para la gestión de actividades administrativas y, las soluciones que gerencia el core business de la empresa. El grado de integración necesaria varía de acuerdo a cada caso, más si las dos empresas involucradas en la operación son de la misma rama industrial, por ejemplo, siendo necesario integrar ambos sistemas.
Más allá del trabajo de análisis y planeamiento del área de TI, la Tecnología de los Centros de Servicios Compartidos (CSC) ha estado ayudando a las empresas que se sometieron a sucesivas fusiones y adquisiciones a estructurar rápidamente un solo sistema de BackOffice. En una adquisición, una empresa con un CSC estructurado tiene condiciones de, en un mes, integrar la gestión de BackOffice.
Creado en Estados Unidos a fines de los años ‘70, el concepto está ganando terreno en la región y en Argentina. Actualmente, existen más de 60 CSCs en el país y existe aún potencial para crecer en este sentido. Se estima que el 90% de las empresas globales de mediano y gran tamaño adopten un CSC como parte integrante de sus estrategias. Es el número de comunidades de investigación Shares Services & Outsourcing Network – SSO. Vale la pena recordar que muchas de esas compañías tienen como parte de su estrategia de crecimiento fusiones y adquisiciones.
La incompatibilidad entre sistemas de tecnología en ciertas industrias puede ser a diferencia entre lograr o no los objetivos esperados mediante la adquisición. Una integración de TI tarda hasta 5 años y puede costar millones de dólares, dependiendo del tamaño de la empresa y de la complejidad de los sistemas. Sin duda, un costo que no debe ser pasado por alto.
Planear con cautela y trabajar con atención para integrar los sistemas es vital para una adquisición exitosa.