4 Claves para salvaguardar la seguridad infantil en las redes

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La transformación tecnológica está marcando la manera en que los niños y los jóvenes crecen en la actualidad. Es así como desde hace un tiempo los tablets, smartphones y cualquier dispositivo con acceso a internet se han convertido en los regalos favoritos de los padres a sus hijos.

Sin embargo, existe un gran problema cuando los adultos no se involucran en la manera en cómo sus niños están usando estos aparatos. El ciberacoso, la explotación sexual en línea, el grooming, el sexteo y el ciberbullying son los peligros más frecuentes que enfrentan hoy los menores y adolescentes en internet.

Frente a esta realidad, D-Link, fabricante de soluciones de redes y comunicaciones para consumidores y empresas, entrega  4 consejos clave ayudarán en la ciberseguridad infantil.

Todo está conectado. Es frecuente que los padres se sorprendan por cómo los hijos se comunican, pues aun existen personas que sólo piensan en los smartphones como la única manera de que tienen los jóvenes de conectarse. Sin embargo en la era del IoT, prácticamente todo se encuentra conectado y existen distintas formas de comunicarse: en línea y en tiempo real, fuera de línea, con imágenes, con videos o con mensajes de texto. Además, hay que considerar que los computadores, tablets, las consolas de juego, Smart TVs y cámaras de vigilancia, entre otros, también pueden ser utilizados para comunicarse con alguien más, por lo que deberíamos ocuparnos en entender cómo los niños interactúan con estos dispositivos.

Red Hogareña actualizada. Todos los datos que circulan por la red del hogar pasan generalmente a través de un router, esto incluye no sólo a los computadores o smartphones, sino que también a las consolas de juego, Smart TVs, impresoras y cámaras de vigilancia, entre otros aparatos. Es por esto que los routers se convierten en un punto perfecto para mantener la seguridad digital al día. De esta manera, resulta fundamental mantenerlo actualizado, ya que la ciberseguridad no es un tema estático, por lo que a medida que aparecen nuevas amenazas, los fabricantes de equipos van desarrollando mejoras para los usuarios. Para obtener estos updates es necesaria la actualización permanente de lo que se denomina firmware, el sistema interno del equipo, ingresando a la configuración del mismo y buscar las últimas actualizaciones.

Las contraseñas. Las personas no comparten las llaves de sus casas con otros, lo mismo debería ser con las contraseñas de los dispositivos. Los usuarios tienden a creer que cuando cuando se refiere a las claves de WiFi la situación es diferente. Por ejemplo, es muy frecuente que cuando alguien visita una casa se le entregue la clave sin ningún problema, sin embargo no se sabemos qué hará ella con la contraseña. De esta forma, muchos terminan quejándose ya que le entregaron la clave a una persona y ésta la compartió a alguien más, y así hasta que la red queda saturada. Hoy es posible tener redes de invitados que se habilitan y deshabilitan sin necesidad de compartir claves, por lo que se disminuyen los riesgos de seguridad. Esto mismo pasa con cualquier aplicación o sistema de internet, las claves deben ser personales e intransferibles.  Si se no está seguros que los niños pueden manejar las llaves de la casa, tampoco deberían saber las llaves de acceso a las redes o aplicaciones, por más fácil que esto sea. Así, si no está dispuesto a limitar el número de personas que conocen sus claves, es recomendable que cada cierto tiempo éstas se cambien.

Control parental. El principal control parental es entender cómo funcionan los sistemas que utilizan los niños y cómo trabajan las redes que permiten las comunicaciones. No es necesario entender los detalles técnicos, pero sí saber cómo es que se realizan las comunicaciones, por lo que una buena idea sería acompañarlos en sus juegos o conversaciones. Esto permitirá ver cómo se desenvuelven. Además, se pueden localizar potenciales riesgos y guiarlos para utilizar los sistemas de forma adecuada, pues la excusa principal frente a situaciones de riesgo suele ser “yo no sabía que esto funcionaba así” o “si hubiese sabido nunca le habría dado permiso”. Sabiendo cómo funcionan los sistemas los padres sabrán qué tanta privacidad puede configurarse, ya que no es lo mismo la privacidad para un adolescente de 17 años que para un niño de 10. Es por esta razón, que casi todos los sistemas operativos de computadores, tablets, smartphones, routers, televisores y consolas de juego, tienen sistemas que permiten limitar los accesos según horarios, días de la semana o incluso temáticas como sexo, violencia y otros.