Se llama Handiii y es algo más que un brazo biónico construidomediante impresión 3D. Su punto fuerte, lo que le hace distinto a otras prótesis robóticas, es que puede conectarse a cualquier smartphone o tablet para moverse.
Otra de sus grandes ventajas es su precio tan asequible: el hecho de que esté impreso en 3D permite abaratar enormemente los costes de producción, amén de facilitar de forma fácil y rápida la fabricación de piezas de repuesto. De ahí que su precio, 300 dólares, haya disparado la demanda: en estos momentos, Exiii –la firma japonesa que lo ha fabricado- ha advertido que su servicio de impresión 3D está saturado; además, en la lista de espera tienen prioridad absolutas aquellas empresas o centros de investigación especializadas que puedan contribuir a mejorar el modelo.
El funcionamiento es sencillo: tras conectarse de forma inalámbrica al móvil o a la tablet,Handiii utiliza su CPU para interpretar las señales y comenzar el movimiento. En su interior cuenta con un sensor AMG que detecta los impulsos eléctricos procedentes del usuario y, a través de unos servos, los transforma en movimientos físicos. Además, es posible reemplazar cualquiera de sus dedos por una herramienta o, sencillamente, por un bolígrafo. Por ponerle una pega, que el brazo no puede moverse lateralmente, ya que ‘únicamente’ puede asir objetos con la mano, pero no olvidemos que estamos ante la primera generación de Handiii; es fácil entrever que, próximamente, el dispositivo tendrá más capacidad de movimientos.
