Casi una década después Sony quiere volver a la tecnología de televisores. En el CES 2017 la empresa ha mostrado la que será su primera pantalla OLED de gran tamaño para el salón, la A1E.
Como otros televisores OLED del mercado, A1E presume de colores muy brillantes, perfecta reproducción de las tonalidades oscuras o negras y un escaso grosor. Soporta también señal en 4K con alto rango dinámico (HDR), utiliza Android TV como sistema operativo y puede ser controlada mediante comandos de voz a través de un dispositivo Google Home.
Lo que más sorprenderá a quienes la vean por primera vez, no obstante, será la ausencia de altavoces. La pantalla sólo tiene un marco muy delgado alrededor de la superficie activa y un único cable muy delgado para conectarse a ordenadores u otros electrodomésticos.
El televisor no necesita altavoces porque toda la superficie de pantalla vibra para producir el sonido. El resultado tiene buena fidelidad y, lo más importante, no afecta a la calidad percibida de la imagen porque, según los ingenieros de la compañía, las vibraciones son tan minúsculas y rápidas que pueden ignorarse con facilidad.